Ella le dice: Te dejo porque sos demasiado inmaduro e infantil.
Y él responde: ¿Infantil yo? ¡Ja, ja! Muere con mi láser, engendro alienígena. ¡Pium, pium!
Ella le dice: Te dejo porque sos demasiado amargado y aburrido.
Y él responde: ¿Aburrido yo? Está bien. Lo acepto. Lo de escuchar la partida de dominó por radio no fue un buen plan para el sábado a la noche…
Ella le dice: Te dejo porque sos demasiado fiestero e infiel.
Y él responde: ¿Infiel yo? Pero si estás a toda hora en mi mente, incluso cuando estoy durmiendo con otra.
Ella le dice: Te dejo porque sos demasiado egoísta y egocéntrico.
Y él responde: ¿Egocéntrico yo? ¿Yo? Si a mí me gusta como soy y estoy contento conmigo mismo, no entiendo cuál es el problema.
Ella le dice: Te dejo porque sos demasiado pesimista y negativo.
Y él responde: ¿Negativo yo? No. Si me das a elegir entre dos cosas malas elijo siempre las dos. Jamás digo que no a ninguna.
Ella le dice: Te dejo porque sos demasiado machista y ordinario.
Y él responde: ¿Ordinario yo? Ma, sí. Andate. Pero antes, sacame el polvo de ésta y no te tirés un pedo con el plumero en la mano, a ver si me disfrazás de indio.
Ella le dice: Te dejo porque sos demasiado fabulador y mentiroso.
Y él responde: ¿Mentiroso yo? Te juro por Papá Noel que lo de abducción fue cierto. ¿Por qué lo inventaría?
Ella le dice: Te dejo porque sos demasiado tonto e inservible.
Y él responde: ¿Inservible yo? Disculpame, por lo menos sirvo de mal ejemplo.
Ella le dice: Te dejo porque sos demasiado chamuyero y cobarde.
Y él responde: ¿Cobarde yo? Pero si con mi esposa estamos separados. Sólo que seguimos viviendo bajo el mismo techo. No la puedo dejar por mis hijos. No quiero dañarlos psicológicamente. Además, ella los usaría como botín y me privaría de verlos. Acordate también que ella está enferma, es alcohólica, depresivo maníaca y está loca. Si la dejo se suicida o me mata….
29 de septiembre de 2011 – Diario de Maria Pena, lo dejé por infantil, aburrido, infiel, egocéntrico, negativo, ordinario, mentiroso, inservible y cobarde. ¡Qué alivio!
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