Ayer a la tarde, en pleno centro porteño, escuché a un hombre de unos 65 años insultar a otro de unos 50, con la puteada que considero debería ocupar el puesto Nº1 del Ranking de los Mejores Insultos del Mundo de los últimos 100 años.
Lamento no poder reproducir dicha frase de forma literal, pero los derechos para su uso se encuentran reservados y sólo puede reproducirse bajo expresa autorización de su autor.
De todos modos, intentaré graficar de algún modo poético, esa frase memorable de este artista anónimo y callejero, el último “pueta”:
“Tú, filio de una meretriz de gregüescos veloces, ve y lávate tu oscuro pandero, ya que lo tienes bastante enlodado; y luego, con el agua del primer aseo, hazte unas bonitas gárgaras para que tu paladar saboree el gustillo amargo de tu propio detrito. Jamás olvides, que puedes dirigirte cada vez que así lo desees, a la lúgubre matriz de tu madre, tú, que eres un sodomita carente de talentos. ¡Vete ya mismo, apúrate, oriundo de miles de mujeres busconas y cortesanas, que ya no quiero volverte a ver! Tu presencia me despedaza cuidadosamente mis esferas reproductivas. ¡Vete, que si mis manos llegasen a tocar tu hostil pellejo, te desmembrarían por completo, pelotudo!"
11 de septiembre de 2011 – Diario de Maria Pena, después de escuchar una maravilla así, sólo puedo agregar ¡La puta que vale la pena estar vivo! (Amo la poesía y las puteadas bien elaboradas, ambas, son música para mis oídos)
jajajajajajajajajaja
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