“Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama.” San Agustín
Amo las gotas de lluvia en los vidrios de las ventanas.
Amo reírme a carcajadas hasta quedar agotada.
Amo los besos pegajosos de mi perro y verlo mover la cola cada vez que llego a casa.
Amo el vapor en el baño y el agua caliente de la ducha en la espalda después de un día duro de trabajo.
Amo llegar al centro del bombón suizo y comer el dulce de leche bien despacito con la cuchara.
Amo el aire que me golpea en la cara cuando ando en bici en verano.
Amo acostarme en mi cama con las sábanas recién puestas y mover las piernas para sentir esa textura.
Amo el perfume de mi pelo recién lavado.
Amo morder pan integral, encontrar semillitas enteras y jugar con ellas en mi boca.
Amo caminar descalza sobre el pasto recién cortado.
Amo taparme con una colcha pesada en invierno y meterme bien adentro antes de dormir.
Amo el té de frutos rojos y su aroma.
Amor dormir hasta tarde los fines de semana.
Amo la textura de mis piernas recién depiladas.
Amo comer las últimas migajitas que quedan en los paquetes de papas fritas o palitos y chuparme bien los dedos.
Amo calentarme el culo bien cerquita de la estufa con las manos hacia atrás cuando hace mucho frío.
Amo tirarme un buen pedo ruidoso en el ascensor cuando estoy sola.
Amo cagar abundante mientras escribo mi blog…
14 de septiembre de 2011 – Diario de Maria Pena, amante de las pequeñas cosas y la escatología.
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