Tener un mal día suele ser demoledor. Atravesar una interminable jornada de esas en las que sentís que tenés que arrastrarte para conseguir hasta lo más insignificante, es, meramente, devastador, catastrófico y destructivo.
Sin embargo, para levantar el decaimiento, existe una solución mágica, rápida y eficiente. Pensar en aquellos que están peor que uno.
Y eso es lo que estoy haciendo en este preciso momento.
“Yo tendré el ánimo por el suelo, pero prefiero arrastrar ESO por el piso, y no otras cosas…”
“Yo tendré el ánimo por el suelo, pero prefiero arrastrar ESO por el piso, y no otras cosas…”
28 de octubre de 2011 – Diario de Maria Pena, todo lo que sube tiene que bajar. Creo que este método de pensar en los que estan peor que yo, no me funcionó demasiado.
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