Me siento como un sachet de leche. Estoy blanca lechosa, blanda y deforme, además de tener fecha de vencimiento. Después de los treinta, sigo sola. Vivo una constante cuenta regresiva… Estoy DESESPERADA. Me queda poco tiempo de vida útil. Ya estoy por caducar. Mi estado de ansiedad hace que jamás me relaje.
Los fines de semana salgo de cacería. Y los días de semana también. Vivo al acecho buscando posibles candidatos, ese amor a la vuelta de la esquina que en algún lugar me está esperando. ¿Quién sabe? El repositor del supermercado, el colectivero, el nuevo amigo de mi hermano o el que está parado atrás mío esperando en la cola del subte para pasar por el molinete.
Deposito todas mis esperanzas en la primera cita, suponiendo que fluirá una química diferente que indicará el comienzo de algo especial. Soy capaz de imaginarme el casamiento, los hijos, la casa y el perro Labrador corriendo por el parque al finalizar la primera noche.
Apresuro siempre las cosas. Quemo etapas. No logro disfrutar del paso a paso de la relación. Me obsesiona conseguir el título de “NOVIA” y hago la carrera de noviología intentando promocionar las materias para obtener el diploma de “PAREJA OFICIAL” lo antes posible.
Apresuro siempre las cosas. Quemo etapas. No logro disfrutar del paso a paso de la relación. Me obsesiona conseguir el título de “NOVIA” y hago la carrera de noviología intentando promocionar las materias para obtener el diploma de “PAREJA OFICIAL” lo antes posible.
Si hay algún hombre leyendo esto, por favor, no tomen todo tan al pie de la letra y vengan a buscarme que los estoy esperando con las pier… perdón, con los brazos abiertos.
5 de julio de 2011 – Diario de Maria Pena, mujer versátil que puede convertirse en un sachet de leche, una cazadora furtiva, una madre con hijos, una diplomada en noviología y una boluda total en un abrir y cerrar de ojos.
Maria Pena versión sachet de leche
Maria Pena versión cazadora furtiva
Maria Pena versión madre con hijos
Maria Pena versión diplomada en noviología
Maria Pena versión boluda total (el estado natural)
jajajajajajaja soy muy buena escribiendo... apenas llego a casa, preparo el mate y me siento a leerte... me encanta. que sigas bien!!!
ResponderEliminarLaura
Noooooooooooo, increible descripción, tengo 34 años, me pasa lo mismo, y mientras espero a alguien siento el "tic, tac, tic, tac" de mi reloj biológico anunciándome que se me está terminando el tiempo. Ando como el tipo de Terminator, haciendo un scaneo de los tipos pa' encontrar el padre de mis hijos, como el buscaba obsesionado a Sara O'Connor!!! CUAL-QUIE-RA!
ResponderEliminarque ansiedad por favor, si todo llega ademas al reloj le gano la ciencia, igual me encanto la nota
ResponderEliminarMe acordé de un blog, que se llama "eurofem" en donde dice "la ciencia esta haciendo todo los avances posibles para medicarte, pero vos sos más rápida loquita" (lo digo siendo la autora del comentario de Terminator), todo llega se vive con la liviandad a los 28 hasta a los 30, yo escucho Una vez más: "ya te va a tocar" o "cuando menos te lo esperes" y empiezo a los tiros! =)
ResponderEliminarEl comentario de Terminator es genial. La parte de la pélícula cuando el Terminator busca en la guía y va tachando los nombres Sarah O'Connor es lo máximo. Pero la frase "la ciencia esta haciendo todo los avances posibles para medicarte, pero vos sos más rápida loquita" pasó a ser mi frase de cabecera. ¡Gracias Alicia y Margaritas! Marcaste una nueva etapa en mi vida...
ResponderEliminarjajajajja! espectácular!
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