Volví de trabajar. Estaba fusilada. Ni las piernas ni la cabeza me respondían. Encima, hoy a la noche, tengo el cumpleaños de la tía Pocha. Mujer solterona, malhumorada, de pésimo carácter, con unos cuantos kilos de más. Comentario al margen, yo voy camino a convertirme en la tía Pocha 2 en un par de años, lo tengo muy asumido…
Llegué a mi casa e intenté relajarme mirando un poco de tele con una rica y calórica merienda.
Apenas me acosté, sonó el teléfono de línea. No atendí. Lo dejé sonar un rato porque no tenía ganas ni fuerza para levantarme. Estaba decidida a que nada interrumpiera mi merecida pausa.
Pocos minutos después, la paz volvió a ser flagelada por ese ring homicida. Casi nunca uso el teléfono fijo. Para comunicarme con mis amigos uso mensajes de texto y tengo llamadas gratis con casi todos los integrantes de mi familia por el plan del celular. Pero este llamado era obstinado. Ante tanta insistencia, me tuve que levantar. Deseaba que fuera algo importante, algo que valiera la interrupción de mi meritorio reposo.
- Hola – dije con de fastidio
-¡Hola! ¡Ay! ¡Por fin! Maria, ¿dónde estás? - era la voz nerviosa de mi mamá.
-En mi casa – le respondí - ¿Dónde voy a estar si me estás llamando al teléfono fijo?
-Ay, ¿y por qué no contestabas?
-Porque estaba durmiendo.
-Pero, ¿fuiste a trabajar? Maria, el trabajo hay que cuidarlo… ¡Te van a echar si faltas tanto!
-Mami, hace 5 años que tengo el mismo laburo y jamás falté ni un solo día. Llegué y me acosté porque estaba cansada… Nada más…
-Ah, bueno, mejor así. ¿Y no te fuiste todavía a lo de la tía?
-No, mamá. No fui todavía. Sigo en el mismo lugar de antes hablando por teléfono con vos.
-Ay, Maria, es el cumpleaños hoy. No me digas que te olvidaste. Sabés que la tía está viejita…
-No, mamá. No me olvidé. Sólo intentaba relajarme en la cama un rato después de un demoledor día de trabajo…
-Bueno, no vas a llegar tarde. Sabés que a la tía la fastidia la impuntualidad. Ay, Maria, no puedo estar atrás tuyo todo el tiempo, pendiente de tus cosas como cuando eras una niña. Tenés que independizarte un poquito de mamita… Bla bla bla bla bla...
15 de julio de 2011 – Diario de Maria Pena, menos mal que madre hay una sola…
¡Oh jesús! Y yo que pensé que la mía me iba a dejar de romper las pelotas en breve... Ilusa.
ResponderEliminarIlusa Sofía, ilusa... Estas cosas son para siempre...
ResponderEliminarhacia varios dias que no te leia ... sos una genia enserio ... me gusta como describis lo cotidiano, por asi decirlo y la verdad me quede con el post de las palabras. Siempre ofende, siempre jode el no sonreir ni andar contando lo wonderfull que es tu vida, es mas facil tener mascaras y jugar a quien no sos.
ResponderEliminarPara suerte mia mis parientes esta biennnn lejos, los heche por merito propio, detesto ese grupo de personas que se hacen llamar familiares.
Andrea