jueves, 25 de agosto de 2011

Hombre pequeñito



Hombre pequeñito, hombre pequeñito,
Suelta a tu canario, que quiere volar...
Yo soy el canario, hombre pequeñito,
Déjame saltar.



Estuve en tu jaula, hombre pequeñito,
Hombre pequeñito que jaula me das.
Digo pequeñito porque no me entiendes,
Ni me entenderás.


Tampoco te entiendo, pero mientras tanto
Ábreme la jaula que quiero escapar;
Hombre pequeñito, te amé media hora,
No me pidas más.
Alfonsina Storni

Una vez me enamoré de un hombre pequeñito. Fue una sensación realmente frustrante la del amor aquel. Porque el problema del hombre pequeñito, no radica en su tamaño, sino simplemente, en su imposibilidad para crecer.
Un hombre pequeñito es pequeñito porque sus sentimientos son vacíos y su capacidad de amar se mide con cuentagotas.
Un hombre pequeñito utiliza palabras grandes, importantes, complejas porque cree que en la apariencia está el verdadero valor de las cosas y se esconde detrás de ella para ocultar su insignificancia.
Un hombre pequeñito vive en un mundo de sueños pequeñitos porque no sabe volar, porque no puede volar, porque le teme a volar, porque no CREE en volar…
Muchas veces intenté olvidar a ese hombre pequeñito y tantas otras fallé, porque a pesar de su pequeñez, ante mis ojos, él era grande y magnífico.
Hoy me doy cuenta, de que era yo la que necesitaba que él fuera de ese modo. Simplemente, porque me había enamorado de él, añoraba con verlo crecer. Vivía esperando que llegara el día en que me sorprendiera. Le daba siempre una nueva oportunidad. ME daba siempre una nueva oportunidad  de verlo volar…
Hoy puedo asegurar, que un hombre pequeñito muy poco puede dar.
Hoy estoy en condiciones de afirmar, que un hombre pequeñito merece un recuerdo  acorde a su tamaño, pequeñito e intrascendente.

25 de agosto de 2011 – Diario de María Pena, canario que puede volar.

2 comentarios: