lunes, 30 de enero de 2012

¿Qué te cuesta?

En la era del consumo, la inmediatez y lo descartable, donde los cepillos de dientes se cambian cada dos meses, el celular una vez por año como mínimo, la compu cada dos años queda obsoleta, las viandas se entregan en bandejas de plástico y se acompañan con utensilios descartables, los pañales se usan y se tiran, ¿qué te cuesta, a vos empresario, o a vos creativo, diseñar una máquina de implantes mamarios descartables? Algo fácil de poner y sacar. Sin pasar por el quirófano. Autoadhesivo, económico, rápido, útil, práctico y accesible. En varios colores, modelos y tamaños. De venta libre en kioscos, supermercados, estaciones de servicio y, hasta incluso, en parque de diversiones.


Rentabilidad  garantizada.
Las que somos una tabla de planchar las consumiríamos a morir, y las más transgresoras, podrían animarse ir un paso más allá, y en vez de dos, ponerse tres tetas.
30 de enero de 2012 – Diario de Maria Pena, UN NEGOCIO REDONDO. POR DONDE SE LO MIRE.

sábado, 28 de enero de 2012

El contacto

Del latín contactus, el contacto es la acción y efecto de tocarse dos o más cosas o personas. Para que exista el contacto tiene que haber algún tipo de relación, vínculo, enlace o encuentro.
En la actualidad, gracias al avance de la tecnología, el contacto puede ser físico o virtual. Incluso se conoce como contactos a las personas que se agregan en sistemas digitales como programas de mensajería instantánea o redes sociales.
De este modo, el contacto puede referirse al trato que se establece entre dos o más personas u organizaciones de forma física o virtual.
El contacto físico puede ser un roce, un choque u otro tipo de encuentro, ya sea casual o provocado. Además, suele utilizarse el concepto como un eufemismo para referirse a un encuentro sexual.
Lo físico y lo virtual pueden enriquecer el contacto, entorpecerlo o hasta incluso, confundirlo…

28 de enero de 2012 – Diario de Maria Pena. De mi más reciente contacto, guardo con recelo, esta última imagen…

viernes, 27 de enero de 2012

¿Buscando culos?

Te agarré. A ver qué excusa me vas a poner ahora mi amor. Con qué mentira vas a salir. No lo podés negar. Estabas mirando culos en Facebook. O vas a inventar que te hackearon la cuenta y que de la nada te aparecieron todas esas sugerencias de amistad repletas de culos en primer plano. Es lo que más te gusta. Meter tus narices en culos ajenos. Ya está. Te vi. Te agarré con las manos en la masa. No confío más en vos. Estabas mandándole solicitudes de amistad a culos inquietos que ni conocés. Basta.  Esto se terminó. Andate ya de mi casa. No te quiero ver más. Rajá de acá. ¡Baboso! ¡Asqueroso! Yo seré una perra por dejarte en la calle, pero vos no te quedás atrás… ¡Qué vida de perros!
27 de diciembre de 2011 – Diario de Maria Pena, el perro busca culos por instinto, el hombre  también.

jueves, 26 de enero de 2012

El secreto del éxito

Porque el secreto del éxito está en tener una buena foto de perfil. Es así de simple. Ahí está el quid de la cuestión. El meollo del asunto. La punta del ovillo. El as bajo la manga. La aguja en el pajar. Etcétera. No sé si estas últimas expresiones tienen mucho que ver con lo que quiero decir, pero las puse para impresionar con mi verborragia. A lo que voy es que, todo gira en torno a tu carta de presentación, tu documento de identidad frente al mundo, o mejor dicho, lo que en estos días se traduce como “tu foto de perfil en Facebook”.
Promoviendo la igualdad de géneros, es que me animo humildemente a proponerles a mis amigos hombres que experimenten la sensación de depositar su futuro en sus culitos. Ni más ni menos. Toda una vida de oportunidades supeditada a cuan bello su orto sea y a cuanto lo muestren en público…

26 de enero de 2012 – Diario de Maria Pena, mujer de trasero solitario que vive en el exilio de los ortos gordos, celulíticos y caídos, es decir, en el anonimato culístico eterno. 

miércoles, 25 de enero de 2012

Cuando me enamoro...

Cuando me enamoro, no desayuno pensando en él.
Cuando me enamoro, no almuerzo imaginando nuestro encuentro.
Cuando me enamoro, no ceno visualizándome a su lado.
Cuando me enamoro, sueño despierta eternos encuentros inmateriales que me llenan por completo…
Y a la noche, justo antes de dormirme, siento mariposas revoloteando en mi vientre, ese cosquilleo típico en la panza… ¿Típico del amor? ¡Qué del amor! ¡Más bien me crujen las tripas! ¡Todo un día sin morfar! ¡Estoy cagada de hambreeeeeeeeeeeeee! 

25 de enero de 2012 – Diario de Maria Pena, cuando me enamoro me transformo en una estación de servicio AM PM. Abiertas las piern…, digo las puertas, las 24hs.