domingo, 2 de octubre de 2011

¿Somos todos pelotudos?

Un pelotudo es, básicamente, un pelotudo. Cuesta explayarse en la definición, ya que por lo general para describir a un pelotudo, sólo se usan palabras como pelotudo, pelotuda o pelotudez. Un dato interesante a tener en cuenta, es que el pelotudo, en la mayoría de los casos, se reconoce como tal. El concepto se aplica tanto a hombres como a mujeres, y hasta incluso a animales. Está científicamente comprobado que el uso de esta palabra genera adicción. Todos somos pelotudos y utilizamos esta palabra para hablar de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
Algunos ejemplos nos servirán para graficar la idea del uso repetitivo de la palabra pelotudo aplicada ilimitadamente en diferentes contextos y para fines de los más diversos.
 Importante aclaración: todos los ejemplos aquí citados están basados en hechos reales.
Situación 1
Dos amigos. Edad 45 años. Van al cine acompañados de sus mujeres. Ambos con 15 años de casados promedio. Se cruzan de frente con un hombre de unos 70 años acompañado por una joven muy bella. Diferencia de edad entre ambos: 45 años aprox.
¡Pero mirá a ese viejo pelotudo con ese terrible minón! Y nosotros, tremendos pelotudos al lado de dos bagres como estos. ¡Qué pelotudos que fuimos! ¡Con tantas minas buenas dando vueltas, nos vamos a enganchar con estas pelotudas que no paran de darnos órdenes, quejarse por todo  y decir tremendas pelotudeces! ¡Somos dos flor de pelotudos!
Situación 2
Empleada nueva pagando derecho de piso. Jefa rompe bolas que sólo tiene el cargo por acostarse con el gerente y no entiende nada , ni sabe hacer nada.
¡Qué pelotuda atómica que soy! Dejarme pisotear por este gato de oficina que no para de decir pelotudeces… No sabe hacer nada la muy pelotuda y me deja todo a mí. Pero lo que más me molesta no es eso. Es la carita de mosquita muerta que pone cuando el pelotudo del gerente anda dando vueltas. Los dos se hacen bien los pelotudos y bien que se encuentran en el telo de la vuelta en el horario del almuerzo. ¡Creen que somos todos pelotudos que no nos damos cuenta!
Situación 3
Encuentro familiar. El tío macanudo y borracho al que le gusta mucho la bebida. Por lo general, rompe algo y termina todo en discusión.
¡No le des bola! ¡No ves que es un pelotudo importante! Arruina todas las fiestas, y nosotros  como unos pelotudos seguimos invitándolo para que el otro pelotudo se emborrache y diga y haga pelotudeces. ¡Se cree vivo con lo que hace pero es un pelotudo bárbaro! A esta casa no entra más. A mí no me toman más por pelotudo.
Situación 4
Hombre de 80 años. Vive en frente de un colegio secundario junto a su esposa. A la salida del colegio, manadas de adolescentes se sientan en la vereda de su casa a charlar.
¡Mirá que hay que ser pelotudo para vestirse así! Nosotros no éramos tan pelotudos a esa edad. Lo que no entiendo es cómo no les da vergüenza a esos pedazos de pelotudos andar mostrando la raya del culo por ahí. ¡Por Dios! ¡Las pelotudeces que se ponen de moda!  Pantalones caídos mostrando los calzoncillos. ¿Qué clase de pelotudo hay que ser para usar ropa así?
2 de octubre de 2011 – Diario de Maria Pena, una pelotuda que intenta aportar esta humilde reflexión al mundo, para que empecemos a tomar conciencia de la cantidad de pelotudeces que decimos.
EL USO INDISCRIMINADO DE LA PALABRA PELOTUDO DEBERÍA ESTAR PENADO POR LA LEY.


Dedicado al mago de altamar.

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