— Doctor, doctor, estoy muy preocupado. Me cuesta mucho levantar la cabeza. Me río solo de cosas que yo solamente veo. Casi no hablo con la gente que me rodea. Cada vez se me hace más complicado integrarme en reuniones familiares, fiestas de amigos o, hasta incluso, con mis compañeros de trabajo durante el almuerzo. La gente que me conoce me señala todo el tiempo que actúo como un idiota porque me hablan y no presto atención ni pongo cuidado en lo que me dicen. No comparto tiempo con mi familia. Me comporto como un estúpido. Por favor, doctor, estoy muy preocupado, dígame lo que tengo.
— Bueno. Por lo que me cuenta, sus síntomas son claros…
— Doctor, ¿es grave? ¿Qué tengo?
— Su problema es que usted tiene un bebé.
— No, doctor. Se ha confundido de historia clínica. Yo soy soltero y no he tenido hijos todavía.
— Ya lo sé. Lo que usted tiene es un bb, un Blackberry.
25 de octubre de 2011 – Diario de Maria Pena, mujer sin hijos ni tecnología de última generación.
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