jueves, 10 de noviembre de 2011

El caos


“Me interesa cualquier cosa que tenga que ver con las revueltas, el desorden, el caos. Especialmente las actividades que parecen no tener sentido.” Jim Morrison


Caos. Concepto contradictorio si los hay. Los momentos más felices y más tristes de la vida de una persona suelen desarrollarse de forma caótica. Euforia o angustia. Realidades desconcertantes, acontecimientos extraordinarios, circunstancias insólitas.
El caos es atrapante. Profundamente bello. Hipnotizante. Conserva el orden perfecto de los misterios sin descifrar. Pero también es asfixiante. Increíblemente perverso. Monstruoso. Tan irrespirable y tormentoso como un cautiverio de desorientación.
La palabra “caos” proviene del idioma griego Χάος, que habitualmente se refiere a lo impredecible, y es uno de los principales conceptos del cosmos. Su raíz ghen deriva del lenguaje protoindoeuropeo  que significa "hueco" o "muy abierto". Actualmente, y debido a variaciones lingüísticas, el significado de la palabra se desplazó al concepto de “desorden”.
Caos tiene que ver con vacío, otro término despiadadamente dual.  Es lo libre, lo limpio, lo desocupado, lo disponible; pero también lo vano, lo ausente, lo carente.
Caos es, originariamente, lo impredecible, pero que en la actualidad, se traduce como desconcierto. Una evolución lingüística, por demás interesante…

10 de noviembre de 2011 – Diario de Maria Pena, mujer de comportamiento ordenado y razonable, bajo un disfraz lleno de opuestos y “aparentes” desórdenes. 

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