sábado, 9 de abril de 2011

¡Qué pena!

Hola, mi nombre es María Pena pero no me gusta dar lástima.
Soy fea y bipolar;  tengo celulitis, flacidez y falta de tonificación en los brazos, estrías en el culo y algunas en las tetas aunque no se noten mucho; soy narigona igual que mis hermanos y antepasados paternos; tengo el dedo chiquito del pie izquierdo igual al de la Mole Moli porque me lo quebré jugando al handball; no tengo ni BlackBerry ni ningún otro Smartphone; no sé bajar programas de internet; de la teta izquierda me sale un pelo horrible, negro y grueso que me lo tengo que sacar cada dos por tres; desafino cuando canto y no sé tocar ningún instrumento; me da fiaca depilarme las piernas en invierno y mis axilas parecen las de una francesa si no me pongo musculosas; soy celosa y envidiosa; siempre me quedan restos de comida entre los dientes de adelante después de comer; de la nariz se me asoman moquitos secos a cada rato; más que sensible soy llorona; menstrúo cada 25 días y seguro se me manchan las bombachas porque me viene mucho; me como las pielcitas de los dedos de las manos; soy patética cuando me enamoro con claros problemas de autoestima; tenía un hongo en el dedo gordo del pie izquierdo pero con un tratamiento de iodo localizado y antibióticos me lo curé; no sé cocinar; mis orejas son dignas de ser comparadas con las del pequeño Dumbo; tengo 2 pernos y coronas por piezas dentarias que me sacaron; no califico en ningún banco para que me otorguen un crédito ni préstamo personal; sufro de hemorroides; hablo gritando e incomodo a cualquiera con mi risa de caballo; del orificio nasal izquierdo me sale un pelo oscuro que crece increíblemente rápido; preparo horrible el café; me cuesta levantarme a la mañana; soy re cabezona; tengo pediculosis; no vivo en un barrio privado, es más, no tengo ninguna propiedad, alquilo; soy obsesiva, perfeccionista, egocéntrica y bastante ciclotímica; prefiero decir que voy al “gimnasio” y no al “gym”; no tengo swing ni ritmo para bailar; a la mañana tengo mal aliento; mi ombligo es enorme y parece un cráter en mi panza; hablo demasiado, creo que hasta la palabra “demasiado” suena a poco a la hora de medir mi nivel de verborragia; tengo durezas en los talones; llamo por teléfono en momentos inapropiados; soy impulsiva y atropellada; bastante torpe y carente de coordinación; mi frente está llena de arrugas de expresión; los dedos de mis manos son gruesos y poco femeninos; nunca hago las camas; soy pésima estacionando y conduciendo vehículos; digo muchas malas palabras; tengo la cara y la espalda llena de lunares y pecas; no tengo obra social.
Bienvenidos a mi mundo. Al mundo de una mujer sin talentos…

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