domingo, 24 de abril de 2011

¿Cómo estás tanto tiempo?

“¡No vas a lograr desestabilizarme emocionalmente una vez más, maldito cretino!” Pienso cada vez que mi ex reaparece, pero inmediatamente después, caigo a sus pies como un estúpido chorlito…
A ver, levante la mano quien no tiene en su haber un ex que se haya comportado como un gusano, sádico y pervertido; un ex que te haya seducido y abandonado. Ninguna. Bueno, como era de esperar, no existe mujer que esté exenta de esta adorable experiencia afectivo-destructiva. Los famosos HIJOS DE PUTA.
Ahora, a ver, levante la mano quien recibió un mensaje de su ex diciendo “Hola, sé que tal vez no debería escribirte, pero sólo quiero saber cómo estás.” Irónico, ¿no? Todas. Veo infinidad de manos que se alzan al aire deseosas de compartir sus experiencias.
Estadísticamente, dicen que quien recibe este encantador mensajito es la persona abandonada, dejada, renunciada, resignada, apartada, cedida, desertada, plantada, desistida, depuesta, desmantelada, vaciada… En fin, mi estado natural…
Bien, mi pregunta entonces es: “¿Qué mierda busca un hombre al enviar este mensaje?”
Me imagino miles de posibles respuestas como “cagarte la vida una vez más”, “inflarte soberanamente los ovarios hasta verlos estallar en mil pedacitos” y “pisotearte tu patética existencia destruyendo nuevamente tu devaluada autoestima”.
De lo que sí estoy segura es que lo que menos quiere o necesita ese despreciable protozoario es “saber cómo estoy”.
Buscando explicaciones menos sacadas, también puedo encontrar estos significados:
“Quiere saber si sigo sufriendo por su amor, si sigo enganchada con su recuerdo.”
“No se banca que ya no esté pensando en él.”
“No esperaba que yo dejara de rogarle y lo olvidara.”
“No quiere volver, pero quiere tenerme cerca.”
En fin, lo único que busca es desarrollar una vez más el arte de arruinarme la vida. Pero como soy una lastimosa desdichada alma en pena, siempre caigo en la misma trampa. Muerdo el anzuelo cual eterna devota de la falta de razonamiento a la hora de las cuestiones del corazón. Fanática de la propia humillación y eterna reincidente en los fracasos amorosos respondo: “Extrañándote… pienso en vos todo el tiempo. ¿Nos vemos?”
Como respuesta recibo, casi de forma inmediata un “no te confundas, yo no quiero volver, sólo quería saber cómo estabas” o la conversación vía mensaje de texto se termina abruptamente y no recibo más señales de él.
Como para ir cerrando este apasionante tema, me gustaría dejarles una última reflexión: ¿Es el hombre por esencia o naturaleza de género un hijo de puta y la mujer una boluda? Para pensarlo, ¿no? Debatan…

24 de abril de 2011 – Diario de Maria Pena, mujer boluda a la enésima potencia.

2 comentarios:

  1. LAS MUJERES SOMOS RE BOLUDASSSSS

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  2. Mira se de cada una que le cree todo lo que él dice: son boludas !!!! jajajjaa

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