Ayer conocí a alguien. Alguien distinto. Ya nos habíamos visto un par de veces antes, pero yo no me decidía.
Hoy, creo que la teoría de Albert Einstein es cierta. “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.” Y yo siempre insistí, cometiendo los mismos errores una y otra vez. Me vivo quejando de mi falta de suerte pero jamás me atreví a buscar nada nuevo.
Ya, basta. Uno forja su propio destino y debe asumir las consecuencias de las buenas y malas elecciones que toma a lo largo de su vida.
Creo que ayer por primera vez, me animé a algo nuevo. Cruzo los dedos antes de seguir escribiendo, ya que hasta ahora, viene todo viento en popa.
La noche fue inolvidable. Cenamos juntos en mi casa. Me besó toda la noche mientras me colmaba con su mirada dulce y penetrante.
Reconozco que es muy difícil ser objetiva cuando una se enamora, pero creo que esta vez, la química entre ambos existió de verdad. Nos conectamos de una forma diferente. Jamás me había pasado algo así. Hasta me atrevo a decir, aunque suene apresurado, que esta vez es para siempre. Tengo la sensación de haber encontrado una unión para toda la vida, un “hasta que la muerte nos separe”.
Me cuesta mucho ser imparcial.
Reconozco que esto es un sueño hecho realidad, pero él no es perfecto. Debo aceptar que al verlo desnudo, me impresionó un poco su cuerpo peludo. Pero bueno, ¡con la de defectos que me tuve que aguantar, un par de pelos de más no es nada! Estoy enamorada, pero no ciega…
Hoy ya lo extraño. No puedo esperar hasta volver a casa para verlo. Seguramente me va a estar esperando con algo especial. Una sorpresa. Una calurosa bienvenida.
Lo amo y se lo digo. Sin temor a que huya despavorido.
Dulzura. Protección. Fidelidad.
Los pilares fundamentales de cualquier relación que uno proyecta como estable…
Pipo y María. FOREVER.
¡Gracias mamá por insistirme en que me compre este adorable cachorro de Yorkshire para mitigar mi soledad!
Einstein tenía razón: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.”
21 de junio de 2011 – Diario de Maria Pena, mujer sola que se compró un perro. ¡Cartón lleno!
Te empece a leer y dije: esta loca conoció a uno y le agarro el metejon así de una, no creo que sea una mina tan poco inteligente (deducción sacada por tus escritos) como para caer así.
ResponderEliminarAmo esa clase de perros! y adoro tu blog.
Andrea
Jajajajaja! Claro! Ese sí es para siempre!
ResponderEliminar(te lo dice la enamorada y correspondida por Lily y Emma -dogo argentino y labrador respectivamente-).
Hermoso post.
esos perros no son perros son perros concheros...ya sabran por que, una mascota hace que uno canalice esa gran necesidad de amar que tenermos las mujeres...es saludable.
ResponderEliminaryo le insisto a mi amiga que debe tener uno, para su compañia
Empesare a buscar una carrera afin en Psicologia Animal, soy medico veterinario; con el devenir de los tiempos estoy seguro que esos pobres animales (protegidos por ustedes) van a necesitar de ese tipo de servicio profesional (toda una mina de oro)
ResponderEliminarWalter...
jajajajajajajaajajaajajaja por Dios, no paro de reír con vos y te decís una mujer sin talento, jajajajajajajajajaja Walter, es muy buena idea, seria un buen curro!!! jajajajajajajajajaja
ResponderEliminarSi yo fuera veterinaria, haría lo mismo, Walter. ¡Muy buena visión de negocios!!!
ResponderEliminarsalir a navegar sin rumbo por internet y toparse con cosas así es genial!! Es que no paré de reír!
ResponderEliminargracias por el buen rato!