Hay días y días. Días en los que las cosas parecen darse naturalmente, y días en los que, hasta los detalles más insignificantes, se vuelven complicados obstáculos a superar. Pareciera como si los astros se alinearan de forma perfecta y uno tuviera un imán que atrae a cuanto pelotudo anda dando vuelta por ahí cuando está mal. Un magnetismo indiscutido de estupidez, bobería, gansada y mentecatez en el momento menos indicado. Un grupo de rompepelotas que hacen honor a su nombre, y se ven atraídos por tu mal genio, tu mala suerte o tu mal humor. Un conjunto de infradotados rompebolas que buscan hacerte la vida aún más difícil. Suelen dar vueltas alrededor tuyo como densos moscardones, molestos y fastidiosos, buscando empeorar las cosas. Es entonces cuando un simple mal día, se vuelve, simplemente, espantosamente insufrible…
Es por todo esto que propongo la creación de un repelente anti-boludos que no dañe la capa de ozono. No creo que sea difícil de conseguir. Los laboratorios deben tener los elementos para hacerlo. Si el insecticida anti-moscas existe, supongo que no será tan difícil inventar un pesticida anti-PAPAmoscas…
5 de noviembre de 2011 – Diario de Maria Pena, en pro de la fumigación de los boludos rompehuevos.
POR FAVOR, NO ME ROMPAN LOS HUEVOS. HOY NO TENGO UN BUEN DÍA.
Apoyo tu causa !!! Y te dejo encargado ya una docena de aerosoles. Avvísame cuando te lleguen. :))
ResponderEliminar¡Reservados!
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